Nuestro centro atendió durante el pasado año a 4.041 personas desde sus diferentes programas de alimentación, intervención social, orientación laboral, apoyo psicológico, formación o ayudas económicas. El impacto económico-social causado por la pandemia del coronavirus elevó los servicios de alimentación un 9,2% hasta el mes de diciembre (alcanzando los 162.203), así como el tiempo de media de asistencia al comedor (+4%). De esta manera, los servicios no han cesado de incrementarse, alcanzando el pico de máxima actividad el pasado mes de marzo de 2021, superando los 14.600 en un solo mes, una cifra histórica para nuestro centro.
El 67% de las personas atendidas fueron usuarios antiguos, atendiendo a perfiles muy cronificados y habituales en el Comedor, destacando problemáticas como el desempleo, el consumo, las adicciones, el sinhogarismo, las enfermedades mentales y otras discapacidades o falta de habilidades sociales, la situación de inmigrantes indocumentados, etc. Igualmente, recibimos a personas y familias de perfil normalizado que, dada la situación, se vieron en la necesidad de pedir ayuda por primera vez. También aquellos que habían sido atendidos con anterioridad, pero tuvieron que regresar (el 27%).
Uno de los colectivos más vulnerables con los que trabajamos es el de las personas sin hogar. La pandemia supuso el empeoramiento y deterioro de la situación de muchos, habiendo registrado un aumento de las personas sintecho, que superó en un 9.4% a los que estaban acogidos en recursos o viviendas. Igualmente, continuamos detectando la grave situación de determinadas personas cuyas problemáticas no terminan de encontrar respuestas específicas o definitivas (como las enfermedades mentales o la patología dual, por ejemplo).
Por otra parte, el trabajo con las familias fue fundamental. Atendimos a 123 con 179 menores a su cargo. Debido a la complicada situación de la pandemia, las apoyamos con ayudas económicas extraordinarias para el mantenimiento de la vivienda, colaborando con un presupuesto que superó los 7.700 euros, así como otras necesidades básicas como el transporte, el apoyo tecnológico, material escolar, ropa y productos de primera necesidad, medicamentos, mascarillas y gel hidroalcohólico, etc. Dentro de estas ayudas, se apoyó a las familias con becas y un presupuesto adicional.
El Comedor Santo Domingo abre sus puertas de lunes a sábado durante todo el año, festivos incluidos. Trabajamos desde el convencimiento de que cualquier persona puede cambiar su situación (de ahí que nuestro lema sea ‘de primero, otra oportunidad’). Para ello, proporcionamos alimentación acompañada de intervención social, orientación y seguimiento, con el objetivo de que todos inicien un proceso de cambio que conlleve la solución a sus problemas o, al menos, una notable mejoría. Nuestro centro cuenta con un equipo profesional de 14 trabajadores, apoyado por cerca de 70 voluntarios. Este proyecto es posible gracias a la colaboración de nuestros socios y benefactores, así como de las administraciones públicas, empresas privadas y otros colectivos.
A la espera de que la situación sanitaria ofrezca plenas garantías, continuamos ofreciendo los servicios de alimentación para llevar, no habiendo interrumpido nuestra labor en ningún momento durante la pandemia, adaptando nuestro centro y su trabajo a la situación.